Y así, con retrovisor tumbado y de regreso a casa… pensé que siempre hay una persona que aunque no esté, sabemos donde está, y también pensé que hay una persona que aunque “siempre” esté, nunca sabemos donde está. Pero, como en cuestión de entender aveces no soy muy bueno, no pensé mucho, pero,,,,, comencé a cuestionarme. Entonces (en medio del cuestionamiento), afloró en mi teléfono la llamada del segundo pensamiento (el pensamiento de: aunque siempre esté, nunca sabemos donde está), entonces como siempre en el espacio sideral y un habitual argumento banal entendí que los años no nos enseña a madurar (no a todos), entendí que es un proceso diferente en cada quien, pero me pregunte ¿ Llegan algunas personas a madurar a lo largo de su vida?, ¿ no se hace tarde el proceso de madurar?, ¿ hay una edad limite para poner los pies en la tierra?... y cerrando los ojos, respirando hondo, pase mi mano por la cabeza, no me respondí y entendí que era hora de no seguir pensando…
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